lunes, 23 de agosto de 2010

Gotas de Lluvia


Durante la desastrosa Batalla de Little Big Horn, en 1876, una parte de la 7a de Caballeria, retirandose con el Capitan Winfred Scott Edgerly, mostro gran heroismo, un hombre en particular, el soldado Saunders, demostro considerable Sangre Fria bajo fuego.

En el calor de la batalla, el Capitan Edgerly noto que el soldado Saunders mostraba una gran sonrisa en su cara, a pesar de que estaba sentado enmedio de una lluvia de balas, en ese momento no habia tenido tiempo de cuestionarlo, pero al dia siguiente, despues de que el combate habia cesado, le pregunto porque habia estado riendose en ese momento. Saunders respondio: "Estaba riendome al ver lo malos tiradores que eran esos indios, estaban disparando muy bajo y sus balas levantaban polvo como si fueran gotas de lluvia". Edgerly admitio que nunca habia visto un hombre mas frio bajo fuego que el soldado Saunders

martes, 17 de agosto de 2010

Un encuentro con la Llorona


Era una noche de invierno, estabamos haciendo maniobras cerca de un pueblito de Veracruz llamado La Concha, a un compañero y a mi nos habia tocado controlar un cruce de caminos en la noche, en realidad no habia nada que hacer, eran los tiempos en que Mexico era tranquilo, la gente buena y las noches pacificas.


Estabamos parados en nuestra trinchera de costales, platicando de cualquier tonteria, eramos jovenes cadetes, nuestros fusiles de cerrojo colgando de nuestro hombro, si efectivamente, aun en los ochentas habia fusiles de ese tipo en Mexico, cuando vimos que algo se acercaba, la luna brillaba intensamente, llena, y podiamos ver el polvo azuloso del camino levantandose, de seguro alguien regresando tarde y rapido a casa, pero cuando la nube estuvo bien a la vista, no podiamos creer lo que veiamos:

Era un burro, que iba corriendo, pero sus pezuñas no tocaban el suelo, en su lugar parecia que corria sobre una nube de hojas y polvo, como si flotara, enmedio de una polvareda, nos quedamos congelados por un segundo, nos miramos uno al otro y salimos corriendo, nos aventamos a una zanja de un pequeño canal que corria junto a las milpas y nos arrastramos, en ese momento oimos un grito, como un gemido femenino, gutural y profundo, que hacia que una sensacion de miedo te recorriera la espalda.

Nos esperamos un rato, y salimos lentamente, viendo en todas direcciones, llenos de lodo, solo en ese momentos nos acordamos de nuestros fusiles, hasta entonces cortamos cartucho y los sujetamos firmemente, pero ya no se veia nada, la aparicion se habia desvanecido, no esperamos mas, nos fuimos casi corriendo a nuestro campamento base.

Al dia siguiente, les preguntamos a los habitantes del lugar, nos dijeron que era la Llorona, que se le aparecia por esos caminos, a los que se atrevian a andar ahi en la noche...

Esta narracion me la platico un amigo, en esas noches eternas de guardia que hay cuando uno es cadete, en que las historias de fantasmas animan las frias madrugadas.

miércoles, 4 de agosto de 2010

Un mexicano en la USN, viviendo en NY


Despues de un accidente en un TA-4 tuve que pasar un par de meses fuera de servicio (grounded), en lo que se realizaban las investigaciones y me recuperaba, la Marina decidio enviarme al museo del USS Intrepid en el puerto de Nueva York, asi que reuni mis cosas en mi mochila y tome el tren a Nueva York, no disfrute mucho el viaje, un fuerte golpe en mi frente me habia dejado ligeramente inflamada esa parte de la cabeza, entre la incomodidad y el dolor no podia ver muy bien los paisajes, asi que incline mi asiento y me dormi, llegue a la gran manzana con muchas expectativas y gran curiosidad, antes solo habia ido de paso, ahora viviria ahi.


Los habitantes de NY se sentian orgullosos de su ciudad, y tenian razon para estarlo, es la capital del mundo, cultura, gastronomia, espectaculos, simplemente tienen todo, y regularmente lo mejor, las mas grandes librerias y bibliotecas del mundo, museos masivos, las compañias mas grandes tienen sus oficinas en un lugar u otro.

Consegui un pequeño departamento en Jersey, tomaba el tren todas las mañanas y noches y el dia me la pasaba en la gran manzana, es una ciudad enorme, y limpia, no hay forma de aburrirse en ella, tiene el defecto de ser cara, pero lo vale, en la epoca en que estuve habia pocos mexicanos, pero uno de ellos me sorprendio, era un indigena que no hablaba español ni ingles, vendia botanas en Central Park, ambos llegamos a la ciudad mas o menos al mismo tiempo, un mes despues que volvi por ahi con una amiga, me lo volvi a encontrar, ya hablaba un ingles mochado, pero bastante entendible.

Vivir en el centro del mundo es fascinante, sus enormes librerias con libros de todos los temas conocidos, y a precios tentadores, no pude evitar comprar un par de libros, lo que para un candidato a oficial significaba una gran carga, sin tener una casa definitiva, solo puedes vivir con lo que puedes cargar en una pequeña maleta, mudandote continuamente, mis dos libros eran La Historia de la USN, y el libro Carriers, baste decir que en cuanto pude tener una direccion fija en Estados Unidos, lo primero que hice fue regresar a la metropolis y comprar todo libro que se me antojo, desde los fascinantes de Dover, hasta los fantasticos de Military Press.

Fortificados con Conocimiento



Durante la defensa de la Residencia de Lucknow en el Motin Hindu de 1857, todo tipo de objetos inusuales fueron usados para construir barricadas.

Algunas obras de Alta Literatura, completas, con sus empastados en piel, sirvieron para mantener a los Sepoyas a raya. En una ocasion, justo cien paginas de una copia del libro de la Enciclopedia de Lardner detuvieron una bala de mosquete, mientras que las Obras Completas de Lord Byron, aunque sufrieron la destruccion total, detuvieron la bala de un cañon.

Aparentemente tan impresionantes eran las cualidades defensivas de tal lectura clasica que el comisionado Martin Gubbins ordeno que cada puerta fuera protegida con libros. Por otro lado, manuscritos orientales enrollados que se encontraban en la casa del mercader frances Depratt no detenian ni una bala y en cambio fueron consumidos por el fuego.