domingo, 30 de enero de 2011

Miedo

El miedo no es lo peor, uno se libra pronto de el, sin que nos deje huellas. A muchos de los que hemos sido meros espectadores de la guerra, nos parece que el peligro, a menudo, no es mala cosa. He visto soldados que al dirigirse al frente por primera vez, iban temerosos. No tenian un temor directo a ser heridos, temian lo desconocido, el misterio representado por el frente. Este temor se leia claramente en sus rostros. Era el miedo a asomarse al abismo y mirar lo desconocido, y correr el riesgo de hundirse en ello. Cuando un hombre iba al frente, pensaba: ahora lo arriesgo todo, pongo toda mi vida, y cuanto espero hacer, y cuanto amo. Me lo juego todo contra la muerte.

Cuando aquel mismo hombre volvia del frente, parecia haber aumentado su talla, se habia asomado al borde de la ignorancia y regresaba intacto. Sentiase invadido de sucesivas oleadas de felicidad segun volvia a la vida y a las cosas que esperaba hacer en la vida. Al recobrar cuanto se jugara, parecia un ser de mas consideracion, como si hubiera ganado algun provecho en los riesgos corridos.

Posiblemente los combatientes sienten algo semejante a lo que las mujeres cuando corren el riesgo de dar a luz. Una vez afrontado lo desconocido, vuelven inmensamente confortadas. Cabria incluso decir que en la paz, rara vez los hombres corren riesgo alguno y que convendria purificar sus vidas haciendoles, en ocasiones, jugarse el todo por el todo.

Palabras de Alan Morehead, corresponsal britanico, autor de obras como "Galipoli" y "Eclipse".

Transcripcion: Sergio Antonio Tellez Morales