martes, 19 de noviembre de 2013

Tuneles

A poco de comenzar ñas hostilidades entre China y Japon, los aldeanos chinos comenzaron a excavar, a fin de eludir la persecucion de los japoneses, cuevas y sotanos bajo sus casas. Pero los soldados japoneses pronto descubrieron sus escondites. os chinos, adaptandose a la nueva situacion, conectaron entre si los sotanos de las casas vecinas y construyeron una intrincada red de tuneles. Tambien estos fueron descubiertos por los japoneses, que los bloquearon e inundaron, obligando asi a los chinos a abandonarlos. Pero la paciencia e ingenio del pueblo chino no tenia limites. El paso siguiente fue conectar los tuneles de una aldea con la siguiente. Quedo construido asi un sistema de comunicaciones subterraneo que se extendia por kilometros y kilometros. Ya alli, ademas de refugio, encontraban los chinos un medio de eliminar a centenares de soldados japoneses. En efecto, tras dejar entrar en los mismos  a los enemigos, los chinos cerraban las entradas e inundaban las galerias. Ademas en algunos tramos, dejaban caer puertas trampas que se cerraban detras de las columnas de japoneses, que se aventuraban en las profundidades. Tambien producian, en las entradas, grandes hogeras que llenaban de humo los pasadizos y mataban a los japoneses.

El paso siguiente fue la construccion de tuneles paralelos  a los anteriores, a mayor profundidad, a donde se alojaban cientos de aldeanos.

El piso de los tuneles fue minado con elementos explosivos que se controlaban a distancia. Quedaba entonces la tarea de reconocer, tambien a la distancia, al enemigo del amigo. Y el expediente era simple. Bastaba ver sus pies. Un pie desnudo o calzado con sandalias era un aldeano, un pie calzado con bota significaba un soldado enemigo.

Los japoneses, a su vez, idearon mil y una trampas para aniquilar a los chinos que se ocultaban en los tuneles, Una de ellas, fue la de atar a un cerdo, un tubo de gas letal y tras empaparlo  en combustible, prenderle fuego. El animal, aterrorizado, echaba a correro por el tunel. Pero los aldeanos subsanaron el peligro, construyendo fosos, que llenaban con agua, en la que caian los cerdos.

La lucha subterranea fue terrible, miles de aldeanos fueron sus victimas, miles de soldados japoneses los siguieron en el camino de la muerte.