viernes, 16 de mayo de 2014

Mi amigo el Jonas

Hay un fenomeno que nunca he podido entender cabalmente, pero que es de tal importancia, que no en pocas ocasiones ha cambiado la historia de la humanidad, esta es la Suerte, solo basta recordar la Batalla de Midway, cuando el motor descompuesto del avion del crucero Tone, evito que este pudiera despegar a tiempo y detectar la flota norteamericana, y si bien esto podria decirse que era casualidad, la descompostura del radio del avion del Soryu que fue enviado a reemplazarlo y que evito que pudiera informar de su descubrimiento del enemigo justo en el momento decisivo de la batalla era ya definitivamente Mala Suerte.

En el ambiente militar se sabe muy bien un viejo dicho que he oido desde mis tiempos de candidato a piloto:

"Cuando te toca, ni aunque te quites
Cuando no te toca, aunque te pongas".

Y lo he visto comprobarse muchas veces a lo largo del tiempo, sin importar eficiencia, cuidado, educacion, ni nada, y si bien un piloto habil es mas probable que sobreviva a un incidente que uno descuidado, hay factores que siempre estan fuera de nuestro control.

Hace ya muchos, pero muchos años, tenia un amigo RIO, realmente muy cercano, habiamos compartido varios cruceros y de hecho yo habia sido el padrino en su boda, pero durante un crucero, parecia haberlo abandonado la suerte, se gano una fama de Jonas terrible, despues de una serie de accidentes en los aviones en que volaba, ya nadie queria tenerlo de acompañante, asi que para demostrar que eso no era cierto, pedi que lo asignaran conmigo en la CAP nocturna.

Esa era una de esas noches tranquilas en el Mediterraneo, el mar casi parecia espejo, el cielo estaba totalmente despejado, eran las condiciones ideales para volar, nuestro Tomcat ya estaba siendo arrastrado a su posicion, mi gato era la envidia de todos a bordo, por la propia naturaleza de las operaciones nocturnas, tenias el privilegio de tener un caza especialmente reservado para ti, en perfecto funcionamiento, ademas el F-14 era un avion temperamental, cualquier accion brusca, o maltrato del piloto lo hacia encabritarse, asi que yo lo trataba con el mismo cuidado que a una mujer bonita en la primer cita, por lo que mi avion siempre estaba en perfecto estado y respondia hasta al menor movimiento.

Pues bien, abordamos el aparato y ya sobre la rampa lo heche a andar, y simplemente, no prendio, lo intentamos las tres veces que manda el reglamento y se nego a trabajar, nos retiraron y rapidamente nos dieron el de reserva, volvi a intentarlo, el avion encendio inmediatamente, pero las revoluciones cayeron casi igual de rapido, simplemente no era posible volarlo, tuvieron que prepar otro mas, mientras que un A-6 tanquero despegaba para alimentar a la CAP en vuelo, para evitar perder la vigilancia.

Cuando regresamos al dispersal, vi la cara de mi amigo, estaba blanco, no me dijo nada, simplemente salio, hablo con alguien y se fue, unos cinco minutos despues, vi a otro RIO entrar a la habitacion y decirme que le habia pedido que lo reemplazara, pense que se habia alterado mucho y habia perdido la muy necesaria tranquilidad para volar, en cuanto el nuevo avion estuvo listo, despegamos sin problema alguno.

La historia no termino ahi, cuando regresamos en la mañana me entere que mi amigo habia ido directo a la cabina del Comandante del Escuadron, y habia renunciado al servicio, mi avion habia sido regresado al hangar y su motor desarmado, no le encontraron nada, y a la siguiente vez que lo vole, no presento ninguna falla, entre la tripulacion se corrio la voz de que ni el avion habia querido volar con el. Cuando al fin pudimos platicar, me dijo que preferia haber renunciado que poner a sus amigos en peligro, se retiro a su casa en Arkansas y jamas volvio a pisar la cubierta de un portaaviones.

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